CT o la Cultura de la Transición. Crítica
a 35 años de cultura española
VV. AA.
Debols!llo, 2012
ISBN: 978-84-9989-694-6
246
páginas
5 €
Rafael Suárez Plácido
Un
libro colectivo que responde al concepto de cultura vertical al que se refiere su
título. Un libro colectivo, pero en el que asoman premisas que han seguido la
mayoría de los articulistas: la primera, que la cultura que hemos vivido en
este estado en los últimos treinta y cinco años obedece, de forma casi
castrante, a condiciones impuestas por el poder; la segunda, la casi absoluta
sumisión de los nombres de esta cultura dominante, a esas condiciones; la
tercera es que en los últimos años se están abriendo brechas en ese concepto de
cultura, que se canalizan a través de internet y convergen en el 15M. Una
última premisa, mucho más coyuntural, en la que inciden varios de estos autores
es que como consecuencia de la
Cultura de la
Transición , en adelante CT, el grado de libertades en España
es comparable al de Corea del Norte.
Menciono
estas premisas porque el lector se las irá encontrando, y me niego a pensar que
sea casual, a lo largo del libro coordinado por el periodista y novelista
Guillem Martínez, que ha llevado a cabo casi toda su carrera en el diario El
País, principal órgano de difusión de esta CT. Ante todo destaca el lenguaje
coloquial, desenfadado, a veces humorístico, con el que se afrontan estos
textos. Como muestra, un botón: cuando Guillem Martínez menciona a Sánchez
Ferlosio -intuyo que Rafael-, escribe: “un señor muy citado, por lo que veo, en
este volumen y al que, por tanto, deberíamos enviar un jamón”. Este es el tono
que van a seguir la mayoría de los autores de este libro, que se ha editado directamente
en edición de bolsillo a un precio más que asumible, con vocación de panfleto o
de página web. La mayoría de los autores publican en internet y escriben como
lo harían en sus bitácoras personales. Además citan textos de la red, e incluso
ocurre que quien ha mantenido el registro más elevado, la magnífica narradora y
ensayista Belén Gopegui, utiliza ese mismo registro en internet. Esta vocación
de panfleto no resta dignidad ni interés al libro; al contrario, recupera así
una de las principales funciones que pensamos que tiene la cultura: llegar al
mayor número de receptores posibles y ofrecerles materiales para la reflexión.
Todo
comenzó en los años posteriores al fallecimiento del dictador Franco, en los
pactos de la Moncloa. Aunque
Ignacio Echevarría señala que Vázquez Montalbán considera que el inicio de la Transición se da ya en
vida del dictador, en los años de apertura al mundo. Los principales medios de la CT consideran a la Transición como un
proceso no ya legítimo y democratizador, sino ejemplar. Es evidente que no es
así. No sólo a nivel económico y social todo lo esencial permanece igual, sino
que los productores de cultura, que deberían ser agitadores del pensamiento,
han transigido en no cuestionar ninguno de estos términos. Los autores, hay que
reconocer que sin demasiado rigor, pero sí amparados por la razón, comentan y
opinan sobre los diferentes campos de la cultura (cine, música, política,
igualdad, literatura, crítica o humor) y su relación con la
CT. No dudo que su lectura es
interesantísima para cualquiera que quiera reflexionar de verdad sobre estos
temas, aunque el lector avezado encontrará pocas aportaciones realmente
novedosas. ¿En estos años, nadie se ha salido de la dictadura de la CT ? Pienso en Agustín García
Calvo, por ejemplo. Uno espera, eso sí, que este libro y el trabajo de sus autores sea
un aldabonazo que marque la publicación de otros ensayos con más rigor, históricos,
sociológicos y quizá, ¿por qué no?, filosóficos.
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