06 julio 2009

Psiquiatra contra la España sagrada

Vidas y Muertes de Luis Martín-Santos

José Lázaro

Tusquets
ISBN: 978-84-8383-123-6

25 euros

456 págs

XXI Premio Comillas



Jabo H. Pizarroso

Vidas y muertes de Luis Martín-Santos, de José Lázaro, es el libro que se alzó con el último premio Comillas que convoca anualmente la editorial Tusquets. Una biografía de una humildad portentosa, no al uso, decididamente no lineal, que bucea en la memoria de las huellas al paso que dejó desparramadas por el mundo el grandísimo escritor llamado Luis Martín-Santos. Con una única novela publicada en vida, Tiempo de silencio, este donostiarra de África se ganó el prestigio de la novela española del siglo XX, que andaba coja entre colmenas y jaramas y preparaba el terreno para otro monstruo, Juan Marsé. Sin complejos, esta biografía está escrita de manera orgánica, como deberían escribirse algunas biografías, de manera subjetiva y objetivista.
La fórmula escritural recuerda en algo a El corto verano de la anarquía, de Enzensberger, en Anagrama, donde se rescata la figura de Durruti a partir de materiales diversos y agentes variopintos que lo conocieron. Este recuerdo es debido al uso casi collagero de distintos materiales orales, escritos y testimoniales de todas las personas vivas y aún muertas a las que ha tenido acceso como biógrafo e investigador el autor del libro. De primeras aparece un prolijo y detallado listado de todos ellos. Y una vez que el reconocimiento de los dramatis personae se ha hecho patente, éstos comienzan a destejer la máscara Martín-Santos.
Digo que es una biografía orgánica porque es un organismo vivo. Porque no hay mejor fórmula para acceder a la memoria de un escritor como Luis Martín-Santos que la de dar paso a los otros aquellos que moldearon el devenir del propio biografiado, dejar abierta la puerta del libro a la voz y a los recuerdos y a las reflexiones de todos aquellos que le conocieron. Ciertamente era un escritor oscuro, no por su prosa, me niego a decir eso de su escritura, quizá la más clara de toda la literatura española de fechas recientes, más bien por su vida, por lo que escondía un hombre tapado por la gran losa de un libro abismal y maravilloso. José Lázaro pretende descubrirnos a Martín-Santos y lo consigue, con la ironía manifiesta de todo biógrafo, y el miedo a perder el objeto de estudio en base a tal cantidad de datos. Humildad y profesionalidad se llama eso. Y con el pulso de escalpelo que se necesita para aunar en un libro las voces perdidas de todo aquel que tuviera algo que ver con Luis Martín-Santos. Aquí aparecen Antxo Eceiza, Oteiza, los hermanos Chillida, Josefa Rezola, el juez de Tolosa, Castilla del Pino, Blanca Andreu, la mujer de Benet y el propio Benet. No en voz, sí en escritura. Dando cuenta de la magia amistosa que unió en vida a estos monstruos de la literatura española. Dublín con el Missisipi, nuestro Joyce con nuestro Juanito Faulkner.
El libro plantea todos los Luis Martín-Santos que han existido. Porque un hombre y una vida en boca de amigos y de amigas, de familiares y de la multitud que ha contado con su presencia es un hombre multidimensionado, son muchos hombres y muchas vidas. Como la empresa sería amén de agotadora, imposible, José Lázaro trata de cazar el ratón Martín-Santos, “la cepa buena de Illinois”, con el filtro de una serie de etiquetas que nos hacen mucho más cómodo y asequible el recorrido por la vida de este hombre. El Martín-Santos psiquiatra, escritor, político. Los tres ángulos equiláteros de una vida que no se cumplimenta con tanta etiqueta, pero que para ir abriendo boca bien valen como estandartes de una estructura sencilla y caleidoscópica. Tiempo de silencio fue casi el informe de un psiquiatra sobre la España franquista, sobre el país de las chabolas que luego acabaría convirtiéndose en el país de los bungalows por obra y arte del Un, dos, tres, el catalizador del desarrollismo postfranquista. Hijo de un general africanista, uno de los corifeos en Donosti de Franco, Luis Martín-Santos traiciona la clase que le da de mamar, obligación de cada escritor o escritora. Este libro, su biografía, nos explica al monstruo y al genio. Luis Martín-Santos murió en un accidente de Tráfico en Vitoria. Iré este verano a poner un monolito allí, cerca de la salida en la antigua N1, un monolito de sarmientos donde asaré unas chuletas y brindaré por el maestro con vino glorioso. Se lo merece. Vitorianos amnésicos, tardasteis mucho en ponerle una estatua a Ignacio Aldecoa, ahora hay que ponerle voz de piedra a Luis. Oteiza no está ya, es una pena. Caja metafísica de palabras.

1 comentario:

Alejandro Luque dijo...

¿Y alguien sabe por qué borraron 'Tiempo de silencio' de los planes de estudio de bachillerato, como 'El jarama' o el 'Pascual Duarte'?